Siempre he
huido del deseo.
No,
no era miedo,
era herida
de género.
Un niño que
no comprendía
la violencia patriarcal
confundía,
el cuerpo, con el mal.
La vida
te provoca
para sentirte
pleno.
No, no
se puede
ocultar
más.
Ese Oscuro
Objeto del Deseo,
ese Último
Tango en Paris.
ese Doctor
Zhivago
ese Oceans
of Fantasy.
mutan,
de fantástica virtual,
a carne,
sudor y
saliva,
squirting
de sumisión
y dominación.
ternura de vulnerabilidades
compartidas.
Un espacio común
para sentirnos
y aligerar,
el deseo y
la salvaje realidad,
en el orgasmo
de pasiones
comunes.
Y descubriendo, como
niños curiosos,
esas otras, quizá,
no tan comunes.
©Alf Gauna, 2022