Me cuesta sentir.
O quieren que no sienta.
O quieren que sienta
como ellos
dicen que sienta.
Hay una terrible
moral impuesta.
Una espada de Damocles
que rasga
lo herético,
lo rebelde,
lo anárquico,
lo transgénero.
Aquí, en la cueva
sientes sin presencia.
Puede ser locura.
Quizá no haya
nada que sentir
sin relación.
Escuchar
la respiración,
las tripas,
el tic tac
del corazón.
Un bodyfulness.
No, no me va
el mindfulness.
Me distrae.
No sé,
quizá,
al final,
para un
emocional,
todo es feelfulness.
Se agita la respiración,
tienes cagalera
y el corazón se rompe
de pasión.
Una falta de homeostasis
biunívoca
que
desboca la horda bolchevique
de la bioquímica
hormonal.
Allí donde todo
se nubla
y sólo queda
esperar.
A que suceda
lo que tenga
que suceder.
La decisión
nunca tomada
de la eutanasia
sentimental.
©Alf Gauna, 2022