No son lágrimas de orgullo.
Son lágrimas de soledad.
La soledad de la
coherencia
incomprendida.
La unión óntica
rota por la mente.
Mente jerarquizante desde
valores condicionados.
Hummus de garbanzos
aprendidos que pudre
nuestro ser.
Suena la melódica
bioquímica de la
melancolía.
Remolacha aventurera
de recónditos paisajes
añorados.
Sentado a la luz del
demonio Lucifer
atestiguo que
la humedad
en mis mejillas
rememora
cualquiera
deja vu
colapsado.
Con la batuta
kósmica
Mickey
tañe
“Fantasía”
en un presente
sin ayer,
sin mañana,
sin ti.
©Alf Gauna, 2022