Un Quad-r
es un
monigote
cuántico.
Sí, esa famosa
función de onda
que colapsa
cuando
el observador mide.
Un espectro
de infinitas
posibilidades.
La digitalización
morfogenética
del bien
y del mal
en un arcoíris
de pecados,
en un portafolios
de virtudes.
Marioneta
de egos
heridos,
espejo de
blancanieves
envenenadas,
de príncipes azules
bastardos.
Ese sapo feo
que espera
el beso
del reconocimiento,
para existir,
para soñar
en la física
del amor.
Eterno
día de la
Marmota,
a la espera
del
Deja Vu
de encontrar
ese Ajna
besucón,
consciente
y
coherente.
Sí, la milonga
que convierte
al otro
en el mejor bolero
de mi consciencia
encarnada.
©Alf Gauna, 2022