Asúmelo,
ya
no
somos
como
éramos.
Nuestra
relación
evoluciona
o
no
con
nuestra
mutación.
Cuando
apuestas
por la
unicidad
del ser,
lo dual
tambalea.
Dejar ir
o aceptar
respetando
la singularidad
es la única
opción.
La triste realidad
es que
la violencia
de la no
aceptación
es la esencia
de las parejas
homogeneizadas.
Dominadas y
condicionadas
por el género,
lo tribal
y las heridas
transgeneracionales.
El emparejamiento
casi siempre desde el
No Ser,
lleva a la locura
de la razón
contra
la no razón.
La gente
es tan absurda
que sigue
hablando
de amor.
Nadie se
para a sentir
lo que dice.
Avanza en
una noria
de estrategias
de éxitos
o de supervivencias.
Puppets dirigidos
por el ventrílocuo
de la redes sociales,
por populismos manipuladores,
por Think Tanks oligarcas,
por falsas banderas.
Pero,
en nuestra vida
de consciencia,
siempre quedará
esa acuarela
de recuerdos
que construyeron
la plataforma
de liberación
de nuestro atrapado
no ser.
Gracias,
cariño,
luchamos
por
ser
nosotros
mismos,
y ahora
brillamos
como
supernovas
de
amor
propio
en el
fondo estelar
de la
interdependencia.
Surfistas
del Ser
en el
tsunami
de la vida.
©Alf Gauna, 2023