Quizá vuelvas pronto.
Si, ya son siete días
de soledad,
siete noches de oscuridad,
respirando un
eterno silencio.
El saxo de Gato Barbieri
acompasó mi corazón,
en busca de armonías ocultas,
en busca del calor de tu pelo,
en busca del olor de tu sangre,
en busca de esa miradas
psicópatas de amor,
furtivas de incomprensión.
El anhelo de tu presencia
revolotea caprichoso
en una nube oscura
de esperanza marchita.
Aunque la amargura
de la ira
frustre el aroma
del posible
reencuentro.
Es sentir la cercanía
de tu compañía
lo que
diluye el tánatos
de un posible no,
y me permite soñar
con una infinita explosión
de fuegos artificiales,
un sinfín de ágapes,
de eros,
de mágicos deseos,
dormidos en la eternidad
de nuestros cuerpos.
©Alf Gauna, 2019