Tres puertas son,
las que abren
el camino de tu placer.
Tiemblo al sentir
que por fin veré
a la diosa Yin
en tus ojos.
Un clítoris travieso,
desencantado
de torpezas masculinas,
anhela el camino del Tao,
el camino a la supernova
que destruye el Ego,
el del imaginario tantra.
¡Ay! ese punto G de mis sueños,
esa mágica parada en el camino ,
donde repostar la energía y
saborear el cafecito del segundo orgasmo.
¿Seguro que es aquí?
Siiiiiii!
No pares…
En la meseta momentánea
de la respiración
tomamos fuerza
para escalar,
coronar la cima del cérvix.
Ahí donde explosiona
ese arco iris de quarks
y neutrinos.
Amor a la nada.
(C) Alf Gauna, 2019