15 de agosto, todos a la playa.
Las ciudades mueren.
Yo respiro.
Escucho a Mancini.
Ese ritmo de ciudad
vacía
me acompaña
camino del
Tiffanys Kósmico.
Voy a recoger
un nuevo diamante
de personalidad
para una
de mis amadas.
Es un diamante
genuino
elaborado
en las lejanas
Kilonovas
de Andromeda.
Se pule con esmero
a partir
de las cenizas
de su ego.
Ego maltrecho
por
los avatares
de la vida.
Es un proceso
de filtrado
donde se limpian
las impurezas
del condicionamiento.
En un tamizado
de caricias,
compresión,
ternura y
paciencia,
el demiurgo extraterrestre
logra que emerja
su brillo original.
Un brillo para
reflejar
la vida
desde su
ser eterno.
Con paciencia,
espero
su regreso.
Deseo
entregar-le
tan
transcendente
presente.
Mientras,
disfruta del sol.
Descansa.
Bon Voyage,
my Love.
A tu vuelta
el sol
morirá
abrasado
con la supernova
de amor
de tu nuevo avatar.
Y renacerás
con pasión,
a ese mágico
arcoíris
de placer y
de dolor,
más allá
del bien,
más allá
del mal,
que
tu
nueva
vida
será.
©Alf Gauna, 2020