El hombre sin rostro.

Soy el hombre de las mil caras.

En el fondo es lo mismo que ser el hombre sin rostro.

En Juego de Tronos conforman una hermandad de asesinos que veneran a la muerte como un dios y a los que se les puede encargar un asesinato a cambio de un buen precio.

Son preparados como superhombres para diluir su identidad y poder utilizar cualquier máscara para generar la confianza suficiente al futuro finado para acometer su muerte sin demasiados daños colaterales.

Un proceso hacía el “noone”, el camino a ser “nadie”.

Todos nosotros somos los 8000 millones de rostros de ese No-One que es el IT kósmico en su evolución emergente y mutante de reconocimiento facial.

Me resuena mucho esa escena cuando “Suatchchenegger” en Terminator 2, termina fundiendo al cyborg de última generación que viene del futuro y que tenía la habilidad de mimetizarse con cualquier persona, y que, al ir diluyendose en su muerte va cambiando su rostro con las caras de los que había decesado.

El Cruise, también, en sus misiones imposibles, ¿será ego sin definir? lo miraré, le gusta ponerse esas máscaras para llevar a cabo sus más increíbles hazañas.

Sí, parece que el arte de esconder nuestro verdadero rostro es un estrategia habitual para sobrevivir en este sistema. Ya no digamos en el mundo de la política donde hay gente que hace meditación Zen para robar con impunidad. O , como ahora, aprovechando el anonimato de las Redes Sociales la gente muestra su verdadero rostro.

¡ OMG !

Soy un asesino pagado por tu verdadero ser, tu verdadero rostro, para desenmascararte, joder que palabra, vamos quitar la máscara.

En ese momento en que ya comienzas a ahogarte de “rolear” con personajes impuestos, de jugar con mil y un caras , para que te quieran, te acepten, sobrevivir y todos esos bla,bla,bla. En ese preciso instante me encuentras.

Comienza un proceso de mayeútica de exorcizar todas esas máscaras y que yo ,como el hombre sin rostro, reflejo a modo de espejo esas mil y una caras que la biografía de tu vida te han obligado a asumir para No Ser tu.

Al principio, mirarás a ese espejo, que soy yo,y no verás casi nada, a lo sumo un borrón informe, pues las heridas profundas impiden ver con claridad; algunas veces ni siquiera querrás mirar y huirás; otra mirarás indiferente y dirás, como la canción de maritrini, “yo no soy esa que tu te imaginas….”; otras echarás la culpa al espejo e intentarás romperlo; otras intentaras moverlo para reflejar lo que mas te gusta o lo darás la vuelta para no ver; otras intentarás construir tu propio espejo para justificar ese rostro que quieres seguir viendo; otras verás 20000 y una caras cambiantes siendo incapaz de identificar una sola, un largo etcétera de convulsiones conductuales para seguir en modo víctima.

La único cierto es que este proceso consiste en tener la valentía de mirar ese mundo de sombras y cómo Alicía traspasar al otro lado del espejo, ese mundo de ilusión y fantasía o de ciencia ficción para la mayoría, pero que, en verdad, es el mundo real donde encontrarás tu verdadero rostro, el lugar y las personas correctas, tu fractal, para mostrar tu propósito de manera única y diferenciada.

¿Te atreves a traspasar el espejo y disfrutar de tu propósito?

©Alf Gauna, 2021

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