La verdad es que sí.
Oye, mira, que lo intento
pero no puedo.
No, sale.
Sí no siento algo
por ti,no puedo contarte
nada del Diseño Humano.
No es sólo cuestión de plata,
y no , no os confundáis,
tampoco exclusivamente
de deseo.
Es sentir que hay fractal,
que realmente,
perteneces al camino
de mi Dharma.
El reconocimiento de
mi autoridad externa.
La transcendencia
del diamante mundano,
la aceptación del valor
de mis diagonales de Marte.
El cuerpo ya
aceptó que
las sombras
que hacen de combustible
para el Karma
ardieron casi todas.
O al menos las pequeñas
astillas que pudieran quedar
se queman en un breve
suspiro.
Las llagas de la lucha
siguen en mi cuerpo,
me las relamo como
perro viejo.
Duelen, pero el umbral
se relativiza.
Me dicen que gran profesor
serías y yo vomito.
Me dicen jo, cuánto sabes
y yo me quedo con cara de haba.
Me dicen porqué no haces
tal o cual cosa
grupal y pienso que parte de mi DH
no comprenden.
Casi nadie nutre
al romántico adolescente,
de testosterona efervescente,
que lo único que quiere
es jugar
la melódica seducción
creativa de
auto-re-conocernos.
para crecer,
para reír,
para soñar.
©Alf Gauna, 2022