La palabra muere, porque muere la imaginación.
Miles de “tiktoks” asesinan nuestra fantasía.
No digo que la imagen no sea fantástica,
simplemente hago consciente
que nuestra receptividad es dirigida sin
la creatividad innata de nuestra forma.
Hay que deconstruir una historia propia
a partir de los frames que a modo de palabras
nos invaden.
Sí, Tik Tok es una nuevo diccionario.
Un vocabulario de la experiencia ajena.
¿Termómetro de la homogeneización?
¿Sueño de una fuente de diferenciación fractal?
La Thermomix de los niveles de consciencia
que nos sirve un frio pastel de colores
rojos de ego,
azules de poder,
naranjas de dinero,
verdes de relativismo.
Xenofobia de colores
sin solución,
ni transcienden
ni incluyen.
El lenguaje de la palabra
es figurativo per se
cuando rompe
la pestilente lógica científica evolutiva.
La riqueza imaginativa de lo implícito.
La metáfora de nuestra óntica kósmica.
El lenguaje del frame de primer grado
es explicito, vaguea la imaginación.
Fundir palabra e imagen es la esencia
del ser de 9 centros.
El cine nace cuando muere el último ser de
7 centros.
Es el único arte.
Verdadera poética científica,
mística cognitiva de la experiencia,
Autoridad externa de la fantástica
metabolizada por la forma,
síntesis de la laringe sonora
y el neocortex visual.
Allí donde la subjetividad
muere en lo único
objetivo que existe
tu cognición
descondicionada.
©Alf Gauna, 2022