El presente
no necesita
control.
Sólo, necesita,
presencia.
El mañana
no se puede
controlar.
El pasado
se descontroló
por falta
de presencia.
Presencia
es un
malévolo
juego
donde el
cuerpo
soslaya
el tiempo
de la mente.
El problema
nace de la
bioquímica
del cuerpo.
La bioquímica es
la niebla
de la presencia
del ahora
corporal.
Solo la
supervivencia
tiene presencia.
La emoción
sólo puede
cortejar
a la vida
con la presencia
de la fe.
La fe
de un
presente
continuo
donde
lo que
sucede
acontece
y lo que
no sucede,
no acontece.
La ola
que arriba
a la playa
de la vida
o simplemente
se diluye
en el tsunami
emocional,
vertedero
virtual
de lagrimas,
o de ira.
©Alf Gauna, 2022