TRANSTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO (TEPT)
“Nadie puede “tratar” una guerra, un maltrato, una violación, un abuso sexual, u otro acontecimiento horrendo.Lo que ha sucedido no se puede deshacer. Pero lo que sí que se pueden tratar son las huellas del trauma en el cuerpo, la mente y el alma: las sensaciones aplastantes en el pecho que podemos etiquetar como ansiedad o depresión; el miedo a perder el control; estar siempre en alerta ante el peligro o el rechazo; el odio hacia uno mismo; las pesadillas y los flashbacks; la niebla que nos impide concentrarnos y dedicarnos totalmente a lo que estamos haciendo; la incapacidad de abrir por completo nuestro corazón a otro ser humano.
El trauma nos arrebata la sensación de control sobre nosotros mismos . El reto de la recuperación es volver a adueñarnos de nuestro cuerpo y de nuestra mente, de nosotros mismos. Esto significa sentirnos libres de saber lo que sabemos y de sentir lo que sentimos sin acabar abrumados, enfadados, avergonzados o colapsados. Para la mayoría de las personas, ello implica:
(1) encontrar el modo de permanecer tranquilos y centrados,
(2) aprender a mantener esta calma ante imágenes, pensamientos, sonidos o sensaciones físicas que nos recuerdan el pasado,
(3) encontrar el modo de estar completamente vivos en el presente interactuando con las personas que nos rodean,
(4) no tener que guardar secretos sobre nosotros mismos, incluyendo secretos sobre las cosas que nos han permitido sobrevivir.
Estos objetivos no son etapas que haya que superar, una a una, en una secuencia fija. Se superponen, y algunos pueden ser más difíciles que otros, dependiendo de las circunstancias individuales.”
Bessel van der Kolk