Tus labios húmedos
no saben.
Nos abrazamos en busca de esas pequeñas ondas
que estimulen el deseo.
Mis manos acarician tu espalda en busca de un
deja vu de pasión.
En tu cuello encuentro un sabor oculto,
algo muy profundo que con la presión
de mis labios muta a vibración,
un pequeño biverso de tímidos gemidos.
Las lenguas luchan, en un combate
de esgrima kósmica de posesión.
Los manos dudan.
Los dedos viajan en busca del arca perdida del placer.
La respiración quiere más.
El lugar lo impide.
Un vórtice extraño rompe el compas del corazón.
Una especie de abismo infinito se abre.
Un agujero de gusano donde la realidad
desaparece en un sueño infinito
de voluptuosidades reprimidas.
Tic,Tac.
Tic,Tac.
El reloj del orgasmo fallido vuela
a la nube onírica de la creatividad.
La arritmia ensordece el deseo.
La ciclogénesis de la pasión explota en una especie
de “txirimiri” cuántico.
Una especie de “orbayo” gris
que empapa mi cara y me despierta
a la realidad de la vida:
La soledad del
Joker de la Ternura.
© Alf Gauna, 2019