Homo Sapiens in Transitus

El proceso es el de siempre.

Abro el ojo después de una de mis habituales noches apocalípticas.

Y, en mi cueva, flota un tema para escribir.

Cuando digo que flota, es que literalmente flota, pues está colgado en la red granular espacio-temporal de mi habitación, llámalo éter si quieres.

Cagar sin problemas y desayunar siguiendo mi PHS comienza a anclar mi cuerpo en mi autoridad emocional, en mi estrategia proyectora. Un it me invita.

Si, al poco rato, como ahora, estoy escribiendo, es que mi cuerpo inconscientemente ha decidido.

Si no, estaría haciendo otra cosa.

Todo el mundo pensará que tengo claro lo que voy a escribir y la verdad es que no tengo ni idea que forma y significado tendrá el texto final.

Una serie de items inconexos esperan a que mis dedos tecleen, según no se que criterio, algún tipo de mensaje final.

No se sabe muy bien como el hombre Neanderthal despareció. Quizá el descenso notable de la temperatura, la lucha por los recursos con otras especies y la aparición del Homo Sapiens, más preparada para sobrevivir, causó su extinción. Otras fuentes dicen que fue la lujuria de apareamiento entre especies la causa de su desaparición.

Tenemos un 4% de adn Neanderthal, con lo cual, algún que otro polvo cayó en los 150.000 años que dicen que convivieron. Según mires la filia, sería o una zoofilia del Sapiens con el Neanderthal o una alienfilia, follarse a un ser venido de las estrellas, tipo dioses, del Neardental con el Sapiens.

La evolución no es un hecho lineal y las mutaciones son las que dan lugar a esas nuevas especies que se adaptan y sobreviven mejor en un entorno terrestre cambiante, pero lógicamente a partir de alguna especie anterior.

Parece que estos chicos Neanderthales desaparecieron hace , la verdad es que no hace demasiado, unos 30.000 años. Las cifras siempre son con errores de más menos un porrón de años.

Hasta ahora las mutaciones siempre se consideraban como algo procedente de la selección de la especie a lo Darwin y hablar de mutaciones debidas a hechos cosmológicos pues era como hablar de que los planetas influyen en nuestra psique.

Parece ser que un rayo kósmico que choca con Jupiter, rebota y bombardea cualquier célula terrestre no va a dar lugar a ninguna mutación ni tampoco a que esa célula, que posteriormente se agrupará en un organismo pluricelular, como por ejemplo un neocortex, interprete lo que percibe de manera diferente. Y ya no digamos como ese rayo kósmico que incide en la atmósfera, en el mar y en la tierra hace mutar las condiciones ambientales de nuestro entorno.

Sí, la evolución es un hecho kósmico y , nosotros no evolucionamos en un Jardín del Edén aislado, llamase Gaia, Gea o Tierra.

Por lo visto hay que aceptar, al igual que hay gente que dice que la tierra es plana, a la gente que dice que los planetas y las estrellas no influyen en nosotros. Bueno, pues eso, que les den y se larguen a su fractal.

En resumen la evolución es un hecho holístico que se desarrolla en un universo que todavía no sabemos muy bien , si es un hecho aislado o uno más de un multiverso.

Bien, sigamos.

El modelo cosmológico recibido en 1987 nos informa de cómo se ha producido el tránsito de estás mutaciones en nuestra especie.

Y , me parece a mi, que va a ser el objetivo de esta entrada.

Este modelo describe como ha evolucionado la matriz energética que define el intercambio de información entre cada miembro de la especie con su entorno y, lo que , realmente es el objetivo de la evolución, cómo su capacidad de percepción se optimiza.

Es, simplemente, apasionante.

Esta gráfica sacada del Rhodes nos da una visión global del asunto.

Es chula del carajo.

Si nos fijamos, vemos que desde el Neandertal se describen tres mutaciones en esa matriz energética y en los sentidos con los que se percibía el entorno donde se desarrollaban sus vidas.

El Neanderthal era simplemente un mamífero, por ello comparte su misma matriz de cinco centros, que sobrevivía a base de una percepción primaria de olfato y gusto de su entorno.

Sí, hay muchas teorías de que si el Neardental procede de una rama distinta del Sapiens pero, como el Big Bang, antes de cierto tiempo todo son especulaciones o no.

El hecho es que parece que la evolución cosmológica se preocupa más por la optimización de la percepción en sí, es decir, como los sentidos del olfato y el gusto funcionan plenamente, que por las vidas de su pobres “porteadores”.

El universo quiere olerse y quiere degustarse a sí mismo.

El entorno cambia. La climatología, la falta de recursos, algún que otro rayito kósmico de alguna supernova pérdida o ,simplemente, por Tutatís, hacen que el miedo y la incertidumbre no sean suficientes para el motor de la trampa de la supervivencia y de lugar a la primera mutación.

Hace los años que sean, la certidumbre, de la seguridad, y la incertidumbre, del miedo, mutaron por la curiosidad de ver. Aparece un Homo Sapiens al que se le obliga a levantar la vista y se le insufla un elan vital hacía la conquista, hacía la acción.

Con su nueva matriz de siete centros y su capacidad de ser consciente de lo que ve, comienza la transformación estratégica de su entorno.

SÍ, el universo quiere, en primer lugar, utilizarnos para desarrollar ese tercer sentido de percepción, apretándonos con el motor de la conquista, dominación y superviviencia en la tierra. Y, un poco, más adelante, con el nacimiento de las filosofías y religiones orientales y occidentales, intentar entenderse, supuestamente, mirando al interior, cuarto sentido, en un proceso que la vanidad humana confunde con el alma y ese interior, simplemente, se reduce a un proceso de mirar al kosmos.

Dejemonos de milongas, no hay ni interior ni exterior, ni arriba ni abajo.Es otra trampa evolutiva para que despertemos a otro tipo de información diferente del espectro visible de nuestro neocortex

Para ser honestos siempre ha habido mutaciones individuales raras, a modo del Mulo de la Fundación de Asimov, que siempre han mirado al cielo. Ya sean Neanderthales o Sapiens.

Gente que a través de pinturas en cuevas, relatos míticos animistas o panteistas , o construcciones con sentido kósmico, han descrito su percepción de la presencia de una conexión por encima de la terrestre. Y, es claro, que las cifras no cuadran con el hecho histórico evolutivo, dando lugar a versiones de razas y seres de otros planetas. Otra historia.

En 1600 poco antes de la siguiente mutación y coincidiendo con la supernova SN1604 comienza el conocimiento científico y la exploración del kosmos mediante instrumentos que amplían nuestra capacidad visual. Instrumentos que se han ido mejorando y ampliando ,durante estos cuatro últimos siglos, a las frecuencias de todos los tipos de mensajeros kósmicos, más allá de la frecuencia visual, llegando a la sorprendente capacidad técnica actual de escuchar el mundo de las fusiones de los agujeros negros y las estrellas de neutrones.

Para mi, es evidente, que esa supernova SN1604 fue la que dio pie a la siguiente mutación que se produce en 1781, y que coincide con la ampliación de nuestro pequeño universo saturniano a ese universo transpersonal uraniano, con la aparición del Homo Sapiens in Transitus.

El término in Transitus es simplemente genial pues nos habla de una especie puente entre una especie puramente terrestre y el nacimiento de una especie puramente kósmica.

La genialidad del término no impide que para los portadores de esta nueva matriz sea una verdadera putada. Una esquizofrenía de llevar una traje extraterrestre con recursos del futuro para moverse en un mundo basado en el dogma estratégico, competitivo, activo y egoico del Sapiens, un mundo para oler, degustar, ver y hacerse pajotes mentales a modo de ciencias y humanidades.

Traje extraterrestre que pretende que seamos más pasivos, más receptivos. más observadores, que nos olvidemos de las metas y que nos dediquemos a ser una especie de sensores kósmicos para los intereses azarosos del universo.

Realmente al universo se la suda que suframos o no como “porteadores” de los nuevos tipos de sentidos de percepción. Para más Inri existe un juego donde cada elemento puede llevar una combinación de esos sentidos. De manera que unos se pueden adaptar mejor al mundo cultural y socialmente retrasado que nos acompaña y, otros , simplemente son excluidos como brujas y brujos peligrosos.

Aproximadamente desde finales del siglo xix la única especie Sapiens que nos acompaña es la Transitus. Con su matriz de 9 centros, su inteligencia emocional y esa combinación especial de sentidos avanza como puede en la tierra soñando con una inmortalidad cyborg o con el dominio de energías gravitacionales que le llevan más allá de la galaxia, una vez que con la trampa de la supervivencia, sí,nuevamente, hemos logrado agotar los recursos terrestres y soñemos con volar a otros lares para encontrar nuevos recursos.

Todo se esta desmorando como un castillo de naipes. Se nos inculca desde pequeños un sentimiento de culpabilidad que nos hace creer que somos nosotros los causantes de todo lo que pasa; unos reaccionan luchando con esperanza por futuro mejor, otros , con codicia, acumulando, pero muy pocos, aceptando con valentía la realidad de nuestra indefensión.

Ese universo que ha querido, oler, degustar,ver o entender quiere ahora con nosotros sentir. Y para ello crea todo tipo de experiencias más allá del bien y del mal para lograrlo. Un motor emocional que percibe a través del aura y del tacto, sentidos que son difíciles de describir pues, en un mundo estratégico, sólo se puede hacer a través de la ciencia ficción.

El Homo Sapiens in Transitus camina hacía el 2027 portando la mutación que traera a la nueva especie, el Rave y comenzará la cuenta atrás de nuestra extinción.

Nueva especie que será la breve prueba terrestre de una noosfera kósmica, fin del sueño de la individualidad humana.

Y elan vital del Eron nuestro Señor.

©Alf Gauna, 2020

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