Tonight
a nightingale
sang
at my window.
Yo como
“eight kósmic
hummingbird”
aleteo
y aleteo
para abandonar
mi roto
cuerpo
nocturno.
Quiero
volar con él.
El ruiseñor,
alterego
de mi ano,
canta
la canción
del no.
No.
No,
a lo
que
No siento.
No.
No,
a la
sodomía
estratégica.
No.
No,
al
inocente
veneno
de esos
grupos
de ocultas
intenciones.
El desencarnado
ruiseñor
testifica
el dolor
del tsunami
de lava que
rompe
las rígidas
compuertas
de la realidad.
No,
dice No.
Mi rebeldía
no tiene causa.
Es ese estilo natural
que huye de la acartonada
y artificial mediocridad
vibrando con la eterna
exquisitez promiscua
de los nudos de amor.
Ese camino de agua
que busca el fuego,
codón infinito
escultor
del diamante
de mi ser.
©Alf Gauna