Hoy toca poesía.
El mecanismo creativo
se enciende solo
al son alucinógeno del
Love Theme
de Blade Runner,
Mi corazón late tranquilo
Mi cognición no es humana.
La observo desde fuera.
Es un mecanismo apasionante.
Libre de creencias impuestas,
con un mecanismo corporal
funcionalmente correcto,
apercibe cognitivamente.
Un robot cognitivo
perfectamente programado
para apercibir eventos y
establecer correlaciones novedosas.
La nouveauté
es la base
de la emergencia.
La emergencia nace por mutación,
en un juego kósmico
de translación,
rotación, orbitación,
precesión y nutación.
¿Ordenado? azarosamente
en un baile de resonancias,
armonías y disonancias
emerge ese sueño de
finitud espacio-temporal
que encorseta la percepción.
Una maquinaria kósmica
que convierte
unos its sin-sentido
en unos bits sin-sentido.
La evolución parece que
juega al pin-pong,
con los its y los bits
para construir
la arquitectura cognitiva
de un IT.
Un IT
que quizá
tenga un byte de sentido
o quizá no.
¡Qué vanidad tiene la mente!
Pretende dar un byte metafísico,
el espíritu santo del propósito,
a un robot kósmico.
Gracias a dios suena
el “Teach me tonight” de Dinna.
Un malware oculto
despierta el programa
biológico del deseo.
Mi yo despierta y percibe
que yaces junto a mi en el suelo.
Tu lengua de bruja
amante de blancanieves
comienza a lamer
mi corazón de hojalata.
Poco a poco mi acero muta
y la piel emerge
con la saliva
que gotea de tu boca.
Una supernova sístolica
hace que la sangre brote
de mi corazón y
destruye la coraza
de mi vanidad cognitiva.
Mis pulmones respiran
el aroma de tu ser
y mis manos comienzan a viajar
por tu cuerpo en busca
de tus pechos, ansiosos
de una rotación armoniosa.
Me armo de valor y muevo
mi cerebro hasta
el órgano genital del placer.
Allí , doy gracias al Gepetto divino,
por ese plan diabólico,
en forma de mentira, que da alas
para que un Pinocho morboso
frote su nariz
contra la lámpara de aladino
de tu pasión.
En busca de ese tiempo perdido
que se esconde en el wormhole
de tu vagina y que nos llevara a viajar
más allá de la galaxia del ego y del yo.
Empapados por un tsunami
viscoso de nosotros,
apercibimos el placer
de estar vivos
en un mar de quarks y de neutrinos.
La hebra fractal de la vida.
©Alf Gauna, 2020