Libertad

La palabra libertad es psicológicamente ambigua.

El uso que hace la física y la ingeniería del concepto de grados libertad es una buena forma para aproximarse al concepto de forma cosmológica.

Enmarcarlos en el juego de la biología del cuerpo y en el de la psicología de la mente es un bonita aventura.

Según la dinámica un cuerpo aislado puede desplazarse libremente en un movimiento que se puede descomponer en 3 rotaciones y 3 traslaciones independientes. Cuando este cuerpo está unido mecánicamente a otros cuerpos, algunos de estos movimientos elementales desaparecen. Los movimientos independientes que permanecen se denominan grados de libertad.

La vanidad del hombre inventa la metafísica para obviar las limitaciones físicas asociadas a la geometría del movimiento. El espíritu y el alma tienen infinitos grados de libertad.

Si seguimos el razonamiento y bajamos un nivel más nos encontramos con la biología. Alli nos encontramos con las limitaciones biológicas asociadas a la química del carbono y al desarrollo evolutivo del cuerpo en relación con el entorno.

La cosa se complica cuando aparece el imperativo genético y comienzan a reducirse los grados de libertad asociados a las relaciones.

Que se limitan aún más con el condicionamiento sociológico.

De cualquier manera la vanidad humana psicológica sigue empeñada en soñar con la libertad y el libre de albedrío.

Es el cuerpo a través de sus mensajes en forma de enfermedad quién nos avisa que quizá sólo haya unos pocos grados de libertad reales asociados a los diferentes niveles de nuestra pertenencia óntica con el kosmos.

La mecánica cuántica con su principio de la complementariedad nos puede ayudar a definir con humildad el concepto de libertad. Ser capaces de asumir diversas perspectivas para poner en su justa relación el determinismo y esos grados de libertad realmente independientes que podemos manejar.

La complementariedad entre la humildad y nuestro amor propio es la que definirá el concepto real de libertad.

Eso sí, luego la psique de cada uno puede volar libremente a donde quiera, incluso, suicidarse, el verdadero fin del único grado de libertad inviolable que tenemos, amar nuestra vida, nuestra existencia.

©Alf Gauna, 2022

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s